NOTA DEL DIARIO CLARÍN
La violencia también golpea en las inferiores
En la ciudad bonaerense de Junín, el coordinador del equipo visitante, Rivadavia de Lincoln, discutió con el padre de un jugador de Mariano Moreno, el conjunto local. Tras esa situación, un grupo de chicos lo atacó con cadenas, palos, cintos y fierros. "Parecía una jauría de perros", contó la mujer de la víctima a Clarín.com.
La violencia en el fútbol, pero especialmente en la sociedad, no deja de sorprender por sus modos y sus hechos. El domingo, en Junín, un grupo de chicos de las inferiores del club Moreno de esa ciudad atacó con cadenas, palos, cintos y fierros a Juan Carlos Pirez, coordinador de Rivadavia de Lincoln, luego de un entredicho con el padre de un jugador del equipo rival. Pirez debió ser internado con fracturas, cortes y golpes en todo su cuerpo. Su mujer habló con Clarín.com y contó todo lo que pasó en una tarde en la que la agresiones podrían haberse evitado."Parecía una jauría de perros que se le venía encima a él exclusivamente. Fueron directamente a atacarlo", relató Lidia Varzilio. Todo comenzó con una simple discusión, habitual en un partido de fútbol, comentó. Pirez reclamó un penal sobre el final de uno de los partidos y se encontró con la reacción del padre de uno de los chicos del club Moreno. "Hasta ahí no había pasado nada, pero siguió la discusión y el hombre le dijo que lo esperaba afuera, aunque Juan Carlos lo tomó como una de esas cosas que se dicen en los partidos", agregó.El gran problema se desató cuando ya todos se retiraban del lugar. Según cuenta la mujer, el hombre lo estaba esperando dentro de un auto y cuando lo vio se bajó para increparlo, pero además Juan Carlos se encontró con una desagradable sorpresa: "Cuando quisimos darnos cuenta, venían de una placita en triángulo que divide las calles, unos 20 ó 30 chicos que habían jugado en los partidos anteriores, todos con palos, fierros, cadenas y cintos"."Mi marido atinó a caminar para atrás y se cayó contra el tapial del club. Ahí le tiraron el primer cadenazo, que alcanzó a esquivar con la cara, pero que le pegó en el pecho a la altura del hombro. Y el segundo golpe fue un cintazo que le cortó parte de la cara a la altura de la comisura de los labios, donde tuvieron que darle cinco puntos de sutura. Le sacaron de raíz dos dientes", detalló Lidia, testigo de todo lo ocurrido.A todo esto, la Policía y los dirigentes locales brillaban por su ausencia, lo que hizo que la historia no quedara sólo en esa agresión a Pirez. "También le golpearon la cabeza a un chico nuestro y a su mamá, que está embarazada de ocho meses, la tiraron al piso. Podría haber sido catastrófico. Gracias a Dios lo estamos contando", cuenta aliviada Varzilio, que además es la delegada del club.En esta historia queda el interrogante de por qué los propios chicos reaccionaron de tal manera, si ni siquiera fueron testigos de la discusión. "Cuando empezamos a charlar con los que estaban ahí nos enteramos que el mismo señor que provocó a Juan Carlos fue quien sacó todos estos elementos que se usaron para la agresión", comentó, y agregó que "la preocupación más grande que queda en todo esto es que el padre de un chico haya sido capaz de armar a toda una categoría de un club para hacer semejante desastre".Recién ayer Pierz pudo volver a su casa. "El está bien, con bastante dificultad para hablar, que es lo que más lo ha afectado. A raíz de estos hechos y ante la demora de la víctima para presentar la denuncia, la fiscalía de Junín actuó de oficio y citó a declarar al agredido. Es hora de que alguien tome cartas en el asunto y reaccione ante estos acontecimientos que no deben ocurrir más ni en el fútbol ni en la sociedad argentina.
Fuente: Diario Clarín
En la ciudad bonaerense de Junín, el coordinador del equipo visitante, Rivadavia de Lincoln, discutió con el padre de un jugador de Mariano Moreno, el conjunto local. Tras esa situación, un grupo de chicos lo atacó con cadenas, palos, cintos y fierros. "Parecía una jauría de perros", contó la mujer de la víctima a Clarín.com.
La violencia en el fútbol, pero especialmente en la sociedad, no deja de sorprender por sus modos y sus hechos. El domingo, en Junín, un grupo de chicos de las inferiores del club Moreno de esa ciudad atacó con cadenas, palos, cintos y fierros a Juan Carlos Pirez, coordinador de Rivadavia de Lincoln, luego de un entredicho con el padre de un jugador del equipo rival. Pirez debió ser internado con fracturas, cortes y golpes en todo su cuerpo. Su mujer habló con Clarín.com y contó todo lo que pasó en una tarde en la que la agresiones podrían haberse evitado."Parecía una jauría de perros que se le venía encima a él exclusivamente. Fueron directamente a atacarlo", relató Lidia Varzilio. Todo comenzó con una simple discusión, habitual en un partido de fútbol, comentó. Pirez reclamó un penal sobre el final de uno de los partidos y se encontró con la reacción del padre de uno de los chicos del club Moreno. "Hasta ahí no había pasado nada, pero siguió la discusión y el hombre le dijo que lo esperaba afuera, aunque Juan Carlos lo tomó como una de esas cosas que se dicen en los partidos", agregó.El gran problema se desató cuando ya todos se retiraban del lugar. Según cuenta la mujer, el hombre lo estaba esperando dentro de un auto y cuando lo vio se bajó para increparlo, pero además Juan Carlos se encontró con una desagradable sorpresa: "Cuando quisimos darnos cuenta, venían de una placita en triángulo que divide las calles, unos 20 ó 30 chicos que habían jugado en los partidos anteriores, todos con palos, fierros, cadenas y cintos"."Mi marido atinó a caminar para atrás y se cayó contra el tapial del club. Ahí le tiraron el primer cadenazo, que alcanzó a esquivar con la cara, pero que le pegó en el pecho a la altura del hombro. Y el segundo golpe fue un cintazo que le cortó parte de la cara a la altura de la comisura de los labios, donde tuvieron que darle cinco puntos de sutura. Le sacaron de raíz dos dientes", detalló Lidia, testigo de todo lo ocurrido.A todo esto, la Policía y los dirigentes locales brillaban por su ausencia, lo que hizo que la historia no quedara sólo en esa agresión a Pirez. "También le golpearon la cabeza a un chico nuestro y a su mamá, que está embarazada de ocho meses, la tiraron al piso. Podría haber sido catastrófico. Gracias a Dios lo estamos contando", cuenta aliviada Varzilio, que además es la delegada del club.En esta historia queda el interrogante de por qué los propios chicos reaccionaron de tal manera, si ni siquiera fueron testigos de la discusión. "Cuando empezamos a charlar con los que estaban ahí nos enteramos que el mismo señor que provocó a Juan Carlos fue quien sacó todos estos elementos que se usaron para la agresión", comentó, y agregó que "la preocupación más grande que queda en todo esto es que el padre de un chico haya sido capaz de armar a toda una categoría de un club para hacer semejante desastre".Recién ayer Pierz pudo volver a su casa. "El está bien, con bastante dificultad para hablar, que es lo que más lo ha afectado. A raíz de estos hechos y ante la demora de la víctima para presentar la denuncia, la fiscalía de Junín actuó de oficio y citó a declarar al agredido. Es hora de que alguien tome cartas en el asunto y reaccione ante estos acontecimientos que no deben ocurrir más ni en el fútbol ni en la sociedad argentina.
Fuente: Diario Clarín
