RIVADAVIA 1 - 0 GUILLERMO BROWN
UNA CARICIA PARA EL ÁNIMO
Hay victorias que entusiasman, que provocan un shock de autoridad. Hay triunfos que apenas sirven para mantenerse en pie, un paso influyente en tiempos de urgencias. Ninguno de esos éxitos se relacionaría con el andar del rojo. El conjunto de Lincoln vive un momento raro en el torneo, ni brilla en las alturas ni se marea desde el abismo. Más aún cuando estaba acostumbrado desde hace varios años a pelear todas las competencias hasta el final. El éxito es, sencillamente, una caricia para el ánimo. Un bálsamo de energía, una sensación de optimismo. No lo acerca a la cima por la lógica numérica ni lo aproxima al protagonismo por el juego expresado. Una alegría que hoy es efímera, pero que pretende extenderse en el tiempo.
Para llegar a la victoria, Rivadavia tuvo que doblegar la resistencia del arquero Ignacio Pereira y de la defensa visitante. Pero lo que cuesta vale, y el local lo festejó como lo merecía con un tempranero gol del Chaqueño. El rojo mostró más virtudes. Pero el trabajo ordenado que realizó en el medio de la cancha chocó con la sólida tarea de la defensa rival. Rivadavia se tomó un respiro y vaciló a la hora de recuperar el ritmo del primer tiempo; Brown insinuó una levantada y se aproximó al arco de Beltramella aunque sin situaciones de verdadero riesgo para el arquero albirrojo. Uranga y Zbrum se animaron a desbordar, pero no tuvieron espacios para comprometer con seriedad el trabajo defensivo del equipo Linquense. Así, hasta el final. El rojo avanzó con algunos contraataques, que pudieron darle ese salto de calidad y redondear el resultado. Brown atacó casi sin proponérselo, con la certeza de que el resultado no se habría de modificar.
Rivadavia superó a Brown. ¿Bien? Sí. ¿Apretado? También. ¿Y pudo haber ganado por una diferencia mayor? Por supuesto. Por qué no lo hizo, entonces, es la pregunta que sigue. Y sucede que la pelota estuvo muy repartida durante el transcurso de los 90'. Si bien golpeó de entrada con el golazo del Barboza, en la primera etapa hizo méritos suficientes para irse al vestuario con una diferencia mayor. En el complento lo encontró un poco más precavido, con la visita llendo en busca del empate pero sin pasar demasiados sobresaltos. El rojo se paró de contra para poder rematar a Brown con la velocidad de Fernandez y Barboza que complicaban a los defensores cada vez que tomaban la pelota y encaraban. Así de esta manera, con un golazo del chaqueño y un gran partido de Dante Zuñiga que volvió a ser el patrón del mediocampo, el rojo pudo sacarse la espina frente a Guillermo Brown y vencerlo luego de seis partidos jugados entre ambos. Recordemos que Rivadavia no podía vencer al conjunto del sur desde el Clausura 2007.
Ahora quedan dos partidos para despedir este Clausura de la mejor manera. El rojo vuelve a Neuquén para jugar contra uno de los ya clasificados, Cipolletti, en la proxima fecha y luego termina este torneo en casa recibiendo al Real Arroyo Seco. El domingo a sacar pecho en el sur contra un grande de la categoría. Ya le cortó el invicto de 28 partidos como local en el Apertura pasado ahora habrá que amargarle la fiesta en su casa nuevamente.
Foto: Golazo Deportivo
